lunes, 25 de febrero de 2013

Plaza San Mateo, una ‘joya’ que aún no ‘brilla’

Plaza San Mateo, una ‘joya’ que aún no ‘brilla’


La Administración Municipal ha abandonado en los últimos 30 años este Patrimonio Arquitectónico Nacional. Paredes ahumadas y desgastadas, ventanas selladas con ladrillos y tejas arruinadas son la muestra de esto. Un proyecto cultural sería la solución para este lugar.


La Plaza San Mateo, esa que los bumangueses miran y le rodean cada vez que pasan por la calle 34 entre carreras 16 y 17, presenta hoy un futuro incierto y múltiples propuestas para recuperar lo que queda del terreno.

Construcción
Este patrimonio arquitectónico cumplió el 6 de febrero de 2013, 34 años desde que
gran parte de su edificación fuera consumida por un incendio.
Foto tomada por Diego Caballero

El secretario del Interior, René Rodrigo Garzón Martínez, expresa que pese al “hermetismo” de la Alcaldía de Bucaramanga sobre el futuro de la Plaza San Mateo, “es claro que este lugar en un momento dado podría ser de expresión cultural, para generar un punto turístico y que la gente venga a saber qué es Bucaramanga, qué es lo que hay en El Centro, y sobre todo cuál es nuestra idiosincrasia por medio de artesanías y de todos los mecanismos culturales que se podrían generar en este punto”.

Según Garzón Martínez, la opinión pública sabrá de forma definitiva qué se hará con esta estructura que data de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, antes de junio de 2013. “Hay un interés por parte del Ministerio de Cultura en hacer un inversión importante”, y está plasmado en un convenio que se firmó con la Nación en 2012.

El presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos Seccional Santander, (SCA), David Alberto Arias Mantilla, manifiesta que “pasaron muchas administraciones y al inmueble no se le hizo absolutamente nada. Por lo menos ahora se puede entrar, ya podemos discutir qué se puede hacer”. Pero aclara, que antes de hablar sobre construcciones y proyectos, “hay que hacerle un avaluó (a San Mateo) de una entidad especializada en el tema y determinar cuánto vale. Después de determinar, sí podemos mirar cuál es la mejor  opción porque esto es de todos los bumangueses”.

Más allá de lo informal

La Plaza San Mateo no será un centro comercial, así como lo informó el 11 de febrero de 2013 el secretario de Infraestructura Municipal, Clemente León Olaya; ni un centro especializado de convenciones, como lo prometió en la anterior administración, Fernando Vargas Mendoza; y tampoco será el lugar de reubicación que piden los vendedores ambulantes de Bucaramanga.

Garzón Martínez argumenta que la reforma que se está realizando en este lugar “no tiene nada que ver con el tema de recuperación de espacio público, ni se le va a entregar a personas que estuviesen ocupando el espacio público. Es algo que tenemos definido”. Según el funcionario la instrucción dada por el mandatario de Bucaramanga, Luis Francisco Bohórquez Pedraza, es de recuperar El Centro, el cual va desde la carrera 10 hasta la carrera 21 y entre Avenida Quebrada Seca y la calle 45.

Los vendedores informales de El Centro de Bucaramanga cumplen el 18 de febrero de 2013, 33 días sin trabajar en las calles, pues el 15 de enero del año vigente se inició la denominada ‘hora cero’ por parte de la Alcaldía Municipal para recuperar el espacio público. Pese a que 860 informales se acogieron a la oferta dada por el Municipio, la mayoría de estos ven en San Mateo una solución más apropiada a su problema.

El presidente de la Corporación de Vendedores Informales de Bucaramanga, (Corpovib), Álvaro Benítez Alvernia, señala que el actual alcalde cuando estaba en campaña para las elecciones les había prometido como solución al problema la Plaza San Mateo, “pero ahoritica como tiene el poder se le olvidaron las promesas y no sabe para qué es que lo tiene. Me imagino que para algo productivo porque para los vendedores nada, para los vendedores lo único que hay es tristeza y pobreza en las calles”.

En la Plaza San Mateo hay 25 obreros bajo la orden del Consorcio Obras Bucaramanga,
el cual está a cargo de las obras de restauración del lugar. Está edificación inició
en diciembre de 2012 y termina el 21 de febrero de 2013.
Foto tomada por Diego Caballero

“Los vendedores (informales) tampoco se pueden abandonar, debe haber una recuperación del espacio público con apoyo, pero yo no me atrevería a decir que eso (San Mateo) es para vendedores. Sería irresponsable determinarlo”, expone el presidente de la SCA, Arias Mantilla.

Para el expresidente de la Sociedad Santandereana de Ingenieros, (SSI) y covocero del Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana, (MCC), Florentino Rodríguez Pinzón, el tema de los vendedores ambulantes es más complejo y ve “muy difícil” que la Plaza San Mateo por sus características se acomode a lo que este gremio necesita, ya que ellos merecen “una solución digna”.

Benítez Alvernia, propone la reestructuración de este Patrimonio Cultural para los vendedores informales y así, según él: “acabará este ‘chicharrón’”. Pero para la Administración Municipal, es clara su posición de no ceder, ya que, según Garzón Martínez, este sitio nunca se ofertó a nadie, por ser “una joya” para la ciudad y “se requiere para el disfrute y el goce de la ciudadanía en general, no para un grupillo de personas que tengan algún interés particular en él”.

El ingeniero civil y crítico de arte, Gabriel Hernández Suárez, manifiesta que la medida tomada por la Administración Local es “coercitiva”. Rememora que HG Constructora le propuso al actual mandatario un proyecto que podría dar una solución: “al alcalde se le planteó que adaptara una cuadra de El Centro y formara una plazoleta con techo para protegerlos de la intemperie. Ese mismo lugar puede convertirse después de las 5:00 p.m. en un sitio para actividades artísticas, canchas temporales. Sería un sitio multifuncional controlado por el gobierno”. Y expresa que al informal “no hay que encerrarlo porque al hacerlo tienen que pagar impuestos, servicios públicos, y esa no es la condición de ellos”.

Una reforma para preservar el patrimonio

La reforma inició en diciembre de 2012 y se estipula que termine el 21 de febrero de 2013. La obra busca suplir factores básicos de recuperación de pisos, refuerzo de columnas, de vigas en los techos y limpieza. Garzón Martínez, expone que “esta inversión es fundamental para poder habilitar el lugar dado que se requiera para algún tipo de evento, feria o hecho de tipo cultural más que comercial”.

El presidente de la SCA, Arias Mantilla, sostiene que la fachada de San Mateo tiene un valor histórico y económico importante para la ciudad. Asegura que la reforma hecha por la Administración Municipal no afecta en nada los muros que hacen parte del patrimonio, pues lo que se ha intervenido es el interior, lo que es “prácticamente un claustro”. Y precisa que, “no se le puede invertir 400 millones o más y volverlo a dejar otros 30 años quieto”.

Rodríguez Pinzón concuerda con el presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, al proponer un Concurso Nacional de Arquitectura para definir el mejor proyecto que pueda tener ese lote. “Conservar toda su arquitectura y convertirlo en un museo de arte moderno, sería una idea extraordinaria. Bucaramanga no cuenta con un buen edificio donde podamos montar un museo de arte moderno y podamos tener allí todas las expresiones artísticas internacionales y nacionales”. Y manifiesta que “La plaza de San Mateo para la ciudad representa un monumento a la desidia oficial. Puesto que no se compadece y no se concibe que llevemos treinta años con lo que fue la plaza de mercado un edificio que tiene una riqueza arquitectónica abandonado a su suerte”.

Para el crítico de arte, Hernández Suárez, lo más “viable” en este lugar sería un centro de artesanías, “una artesanía con asesoría estética” mediante un convenio con Artesanías de Colombia, creando “un centro de formación de alta calidad para los artesanos”. Asevera que las visitas turísticas se logran cuando “hay estética” en la ciudad, por lo que, “hay que educar y asesorar” a este gremio.

En la Plaza San Mateo continúan las labores de recuperación a cargo del Consorcio Obras Bucaramanga y está supervisado por el ingeniero, Wilson Motta Rodríguez. Que haya un proyecto en este lugar depende del interés y las propuestas que hagan el alcalde y su gabinete al Ministerio de Cultura.